EL Rincón de Yanka: EL DECÁLOGO DE LA BUENA EDUCACIÓN

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jueves, 16 de noviembre de 2017

EL DECÁLOGO DE LA BUENA EDUCACIÓN

El decálogo de la buena educación
Si tus hijos te dicen estas 10 cosas estás educándolos bien
Si tu hijo te dice a menudo estas 10 frases puede ser un síntoma que estás educándolo bien. Comprueba si las has escuchado alguna vez y reflexiona sobre ellas.
Compleja y maldita educación

Digo compleja porque educar a los niños no es ninguna tarea fácil. Publiqué hace un año un artículo que se hizo viral sobre 20 claves para saber si estás educando bien a tu hijo y ahí mostraba unas claves para la buena educación, siendo consciente de la complejidad de educar.

Y digo maldita porque cuando uno quiere educar bien, se enfrenta a la incertidumbre que genera la fusión de la buena y la mala educación que se produce en el barrio, en el patio durante el recreo o en cualquier otro escenario donde los niños convivan y compartan entre ellos parte de su herencia de la buena y la mala educación de sus hogares, de sus familias.

Hoy quiero compartir algunas de las frases que se pueden escuchar a niños sometidos en sus casas a un estricto régimen pseudomilitar, bajo la supervisión de padres en peligro de extinción y no influenciados por modas pasajeras del ámbito de la educación. Pero... a quienes admiro desde este lugar de internet y les arropo con esta publicación. ¡Seguid así, que ese es el camino!


1. Todos mis amigos tienen más y mejores consolas que yo

Mumm, muy bien! si escuchas esto a menudo es porque te preocupa que tu hijo no solo esté en este mundo para jugar a decenas de videojuegos y tener diferentes consolas. Una o dos puede ser más que suficiente. Una para casa y una portátil, para llevarla de viaje; con esto ya están cubiertas las necesidades básicas (si se le puede llamar así) del tiempo de ocio destinado a los videojuegos. Si le acostumbras a tener todas las que salen nuevas, serás un gran cliente de las grandes marcas de videojuegos pero no serás un buen educador.

2. Los padres de mis amigos les dejan ver realities y otros programas de TV de horario nocturno

Soy consciente que esos "malditos" padres os perjudican a muchos de vosotros, respirad y contad hasta 10 cada vez que escuchéis decir esto a vuestro hijo. Luego preguntarle qué le puede aportar para su crecimiento personal ver esos programas. 

3. Quiero un perro como el del vecino y nunca me lo quieres comprar

No por favor, y aunque tengas dinero nunca se lo compres. Primero pregúntale si él se hará responsable de bajarlo todos los días, lavarlo, limpiar lo que ensucia en casa, poner la comida y bebida a diario, llevarlo al veterinario, etc. Si aún así dice que si, entonces un día lo llevas a la protectora más cercana y allí preguntéis por el perro que mejor se adapte a vuestro hogar. 

4. No entiendo por qué tengo que hacer tanto deporte

Si te dice esto es buen síntoma, hay muchos niños comodones que no les gusta esforzarse, el deporte es un gran medio para trabajar los valores de esfuerzo, resiliencia, sacrificio, constancia... Valores que serán necesarios en el mundo adulto. Dejarse llevar por lo que quiere un niño sedentario, es crear las bases de una persona condenada al sedentarismo. Desde pequeño debemos establecer un hábito hacia el deporte, y ser conscientes que al principio puede no gustar a los niños. Eso sí, no te pases inscribiéndolo a muchos deportes.

5. Nunca me compras ropa de marca

Y qué felices los hacemos cuando de repente un día le compras una sudadera Nike! Lo importante es tener ropa, la marca es lo de menos. Debemos decirles que no siempre las marcas ofrecen calidad, y que incluso, si la compra puede que otros veinte niños lleven la misma prenda. Enséñale a valorar si le sienta bien, si le gusta el tacto de esa prenda, los colores, si ahorra dinero con la paga al no comprar una de marca, etc. 

6. Mis amigos van a un restaurante de comida rápida una o varias veces a la semana y nosotros casi nunca 

Qué malos son los padres que no van casi nunca a los restaurantes de comida rápida y se preocupan por darle la mejor alimentación a sus hijos a base de caldos y comidas bien preparadas con ingredientes lo más naturales posible. Estoy seguro que cuando vaya a un restaurante de comida rápida lo va a disfrutar mucho más que el niño que va 3 veces por semana. Estas son las cosas que os agradecerán cuando sean adultos.

7. Todos mis amigos tienen móvil menos yo

También puede decirte que todos los amigos tienen mejores móviles que él. Si tiene móvil, tendrás que enseñarle a usarlo, gestionarlo, hacerle ver el gasto que conlleva para ti, decirle que lo cuide, que lo use a unas determinadas horas del día, que no envíe ni comparta cosas que puedan estar relacionadas con valores negativos, bullying, etc. En definitiva, que tendrás que emplearte a fondo para que no sea un niño o adolescente cuyos papás le han cedido al móvil la función de su tutoría y acompañamiento en la vida. Si no tiene móvil, invítale que te diga 5 razones importantes para que se lo compres. Me temo que no llegará a las 5. 

8. Todos mis amigos tienen Instagram

Es increíble como muchos padres consienten que sus hijos menores de edad estén enganchados a diferentes redes sociales solo con el objetivo de compartir fotos de su cuerpo o estética corporal, llenas de filtros y desvirtuando la realidad. El mundo no necesita cuerpos bonitos, necesita mentes sabias.

9. Todos mis amigos se acuestan a la hora que quieren

Los niños deben tener horarios y el sueño está dentro de ese horario. Puedes establecer dos tipos de hora para acostarlos, la diaria adaptada al horario de la escuela y la de fin de semana. Lo importante es que descanse las horas que recomiendan los expertos en pediatría y sueño. Hay niños que van con mucho sueño al colegio y no son capaces de prestar atención o seguir la explicación del profesor, lo que puede conducir a un fracaso escolar.

10. A todos mis amigos les dan una paga mayor que la mía

Dice un viejo proverbio chino "Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida"


Acostumbrar a los hijos a recibir pagas grandes sin apenas hacer esfuerzo para conseguirlas es crear una obligación que no tienes por qué tener. Conforme avance en edad te irá pidiendo más y más cuantía, y llegará un momento a los 16 años, que te pedirá semanalmente 50 euros a los que no podrás acceder. Ahí empezará un conflicto familiar difícil de resolver.



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