EL Rincón de Yanka: GAITA TRIBUTO A MONSEÑOR JULIO URREGO 🌵

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martes, 12 de diciembre de 2017

GAITA TRIBUTO A MONSEÑOR JULIO URREGO 🌵

Con fervor guadalupano, 
con tu alma y con tus manos, 
marcaste una gran huella en este pueblo coriano. 
Hoy te rendimos tributo, 
los gaiteros con tu canto, para decirte, mi hermano 
que en Falcón, tú te has sembrado, 
y para la eternidad, siempre serás recordado


 

RESEÑA BIOGRAFICA DE 
MONSEÑOR JULIO GERMÁN URREGO MONTOYA
QEPD 23/1/2017

“Cantaré eternamente las Misericordias del Señor” 
(Sal 88)

No es fácil condensar en una breve reseña, la vida y obra del insigne Monseñor Julio German Urrego Montoya. 
Por ello, entretejeremos su vida y trayectoria con esas dotes que básicamente sus feligreses hemos comprobado con el decurso de los años:

El Padre Julio es una persona responsable, que en Falcón actualmente se desempeña como Deán del Capitulo Metropolitano de la Arquidiócesis de Coro, Director del Museo Guadalupano, Rector de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de El Carrizal, y Párroco de la Iglesia Santísima Trinidad de Bobare, imprimiendo carácter al trabajo que le corresponde realizar y dejando una impronta imborrable y casi insuperable.

Nació nuestro Padre amigo un Viernes de Concilio en Santa Fe de Antioquia, Colombia, era 15 de marzo de 1940, más la Vida a los 31 años le ofreció una segunda “fecha de nacimiento”, la de su nacionalización como venezolano, según gaceta Oficial del 24 de septiembre de 1971, lo que lo acreditó como un falconiano más, un coriano de origen tan caquetío como El Carrizal. Nacionalidad asumida para desempeñarla de forma ejemplar con visión democrática y probada responsabilidad ciudadana.

Fue su padre el Comandante Francisco Antonio Urrego, miembro de una familia de militares por vocación. De él aprende -entre otras muchas virtudes- la disciplina, responsabilidad y obediencia, así como a implorar la bendición al retirarse del hogar. Don Francisco dejó en él una huella que lo ha llevado a ser un dadivoso y amoroso abuelo y padre de generaciones de niños, jóvenes, adultos venidos de Las Piedras, Banco Obrero, Bobare, 5 de Julio, Los Perozo, Maracaibo, entre otros sitios y lugares.

Su madre fue doña Carolina Montoya de Urrego, aficionada lectora y educadora en su propio hogar. De ella aprende -además de altos valores éticos y morales- la buena lectura (en especial las novelas de su época) y el rezo - al amanecer y al atardecer - del Santo Rosario,. Monseñor Julio es un gran lector, persona de verbo fácil, es un orador insigne, hermosa herencia ésta de su madre, acompañada de otros atributos legados por ella: el buen gusto, la etiqueta y la sobriedad de costumbres, la exquisitez en todo lo que signifique honrar a Dios. 

De la unión Urrego Montoya nacieron 8 hijos Aminta (†), Otoniel (†), Aníbal (†), Jaime (†), Edelmira, Julio, Ricardo y Graciela. Los dos últimos residen en Medellín, y con el Padre Julio siempre ha vivido en Falcón su hermana Edelmira (La Negra) con sus hijos Verónica, actualmente desempeñándose como docente de música en Inglaterra y Jaime Francisco (†) -hoy en el cielo- quien con una hermosa paraguanera, le dio dos nieto-sobrinos al Padre Julio: Carlos y Jaime Urrego Flores. Su rol paternal y de abuelo consentidor, lo logra realizar tanto con sus nietos consanguíneos, como con los hijos de Javier Vargas, de Frank Romero, de Chepita y Antonio Garvett, o de cualesquiera de sus múltiples parroquianos, a quienes brinda un especial y amoroso cariño de padre, hermano y amigo.

Allá en Colombia, el Padre Urrego recibió su educación primaria en el Colegio San Luis Gonzaga y la Secundaria en el Colegio Santo Tomás de Aquino, ambos en Santa Fe de Antioquia. Vivió su infancia y su adolescencia en la pequeña localidad antioqueña de allí deviene su trato amable, respetuoso y cortés, pero también heredó la devoción y piedad que se respira en las tierras del Santo Cristo de Buga y del Padre Marianito Eusses.

Por ello quizás, desde muy pequeño sintió el llamado a servir al Señor, más, su vocación sale a flote a raíz del asesinato de su padre, por parte de la guerrilla colombiana, hecho acaecido en su presencia, lo que lo impulsa desde niño a tener fortaleza y cifrar su valor en la fe en Dios Trinitario, manteniendo una mariana devoción hacia su originaria patroncita la Virgen del Rosario de la Chiquinquirá. Fue así como desde niño se sintió motivado a prepararse muy bien para dar lo mejor de sí, tomando la decisión de hacerse sacerdote.

Dos Carolinas Montoya existen en su vida: su abuela y su madre, ambas orientaron y motivaron en Julio Germán su vocación sacerdotal. Extraño no era, pues su familia tiene tradición de miembros dedicados al clero o a la vida monástica, tal es el caso de su tía-abuela Santa Madre Laura Montoya, recientemente canonizada como la primera Santa Colombiana. La Fe, la devoción, la oración, el rosario, los actos de piedad son una constante en su vida, una costumbre familiar.
Como vemos su juventud no fue fácil: huérfano, apartado de los suyos, rodeado de violencia, amenazada su vida familiar… sólo la Santísima Trinidad, en su Divina Providencia le preservó y proveyó a él y a su familia de techo, vestido y sustento. La vivencia de la fe y su educación familiar lo prepararon para afrontar la dura experiencia de vivir sin sus padres, desplazado gracias a la violencia de la guerrilla colombiana, fuera de su patria, precisamente por esa compleja situación. Y Dios lo hizo un hombre luchador, perseverante, firme y amante de los mayores retos.

Eran tiempos difíciles en su natal Colombia, y estando entre los Salesianos -por intermedio de su director espiritual- conoce por carta a Monseñor Francisco José Iturriza, quien le impactó desde ese mismo momento. Su madre solicita a Monseñor Iturriza reciba en Coro a su hijo, buscando incluso salvarlo de aquél medio hostil…. Fue así como Monseñor Iturriza pasó a ser ese segundo papá que afectivamente necesitaba el padre Julio, ambos se amaron como padre e hijo, y siendo ambos forasteros en Coro, aprendieron de nuestro hospitalario Falcón a ser –en el caso del Padre Julio- un generoso y acogedor anfitrión para quienes hospeda y da cobijo. 

Monseñor Urrego, había iniciado su formación sacerdotal en el año 1959 en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, cursando la Licenciatura en Filosofía y Letras, más, aceptado por Monseñor Iturriza ingresa en 1963 al Seminario San José de la Diócesis de Coro, culminando sus Estudios Teológicos en el Seminario Santa Rosa de Lima de Caracas en 1964; incardinándose en esta Iglesia Particular y de manera permanente ha transcurrido la mayor parte de su vida en la Diócesis de Coro (50 años) y como dice el mismo: “haciendo bailar ese trompo en la uña”.

Su ordenación sacerdotal fue el día 06 de junio de 1965 en la Iglesia Catedral de Coro, de manos del inolvidable Monseñor Francisco José Iturriza Guillén (+), su padre y mentor. Su primera Misa la celebró en la Iglesia San Antonio y se revistió ante la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, propiedad de la Maestra Epifanía –Pifa- Ugarte, cuya familia le legó esa imagen bicentenaria, actualmente custodiada en su Parroquia Santísima Trinidad.

Ya ordenado, comienza su camino de pastor de un rebaño que le disponen a guiar y proteger, es así como de 1965 a 1974 fue cofundador de la Parroquia Santísima Trinidad de Coro –teniendo el honor de ser seminarista en la época del Padre Carlos Lauret. Se desempeñó como Prefecto de estudios del Seminario Diocesano local, Párroco de la “Inmaculada Concepción” de Capatárida (municipio Capatárida) y de “El Santo Cristo” de Las Piedras (municipio Carirubana), y finalmente Capellán del Instituto Cardón y del Preuniversitario Paraguaná. En todas esas parroquias y Capellanías dejó su impronta. No es casual que en todas se celebraron sus Bodas de Oro Sacerdotales, así como no es fortuito el que muchos de sus feligreses firmaron esta solicitud del Doctorado Honoris Causa ante la UNEFM, e incluso, que hoy muchos de ellos se encuentran presentes en su conferimiento. Padre Julio, coseche lo que ha sembrado….Gracias hermanos…¡honrar, honra!

Para Él, la docencia ha sido la actividad secular más agradable y efectiva, convirtiéndose desde 1967 en un educador nato y paradigma de jóvenes generaciones. Durante 17 años fue docente en servicio del Colegio San Francisco Javier (Punto Fijo), Preuniversitario Paraguaná (Comunidad Cardón) –incluso yo fui una de sus alumnas-, dio clases en la Escuela Técnica Industrial (Caja de Agua), el Liceo Mariano de Talavera (Punto Fijo). Fue Director del Colegio San Andrés (Judibana), Vicerrector y Prefecto de estudios del Seminario Diocesano de Coro, Director del Centro Vocacional Rodrigo de Bastidas, Formador de equipo del Departamento de Liturgia de la Arquidiócesis de Coro y Co-fundador de la Cátedra “Juan Pablo II” de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. El Padre Julio ha sido, es y será por siempre un Formador insigne de jóvenes generaciones.

El es una persona proactiva, que confiando en la providencia de Dios logra cristalizar sueños, ejecutar proyectos partiendo desde cero (“0”), es así como asume fundar en 1965 la Sociedad “La Alegría”, dirigió la restauración del Templo Parroquial de Capatárida, cofundó el Liceo de Capatárida, coordinó la restauración del Templo y Casa Parroquial de Las Piedras, fundó la Biblioteca Pública “Dr. Miguel Figueroa Jaimes”. Dotado de un gran corazón de fundador creo la Asociación Civil “Niños Cantores de Coro y en 1981 la Feria Popular del Pesebre (iniciativa de Monseñor Ovidio Pérez Morales) como rescate de la tradición navideña y los valores religiosos y morales, canalizando para ello el apoyo del sistema escolar. 

En el año 2012 fundó el Museo Guadalupano de Falcón, en la recién restaurada Casa del Tesoro, que la Gobernación de Falcón a través de CORFALTUR le entregó, para el funcionamiento exhibición y custodia del más preciado patrimonio de Nuestra Virgen de Guadalupe (objetos y reliquias, indumentarias religiosas usadas por el Papa Juan Pablo II y el Cardenal José Alí Lebrún, pinturas e imágenes valiosas). Este año se cumplió uno de sus sueños: fundar el primer Monasterio Carmelitano de Falcón, ubicado en un abandonado hotel en el pueblo serrano de Curimagua, y que fue igualmente restaurado por el gobierno regional.

A partir del año 1983 se convierte en el párroco de la “Santísima Trinidad”–y aun lo sigue siendo- combinándolo con su servicio como Director del Secretariado Diocesano de Pastoral Vocacional, del Centro Vocacional “Rodrigo Bastidas”; Capellán de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda y fundador de la Sociedad “María Madre de la Iglesia” para la asistencia al Seminario Diocesano de Coro. Por obediencia asume como Vicario General Pro Tempore de la Diócesis de Coro. Ello da fe de su condición de Incansable trabajador, persona disciplinada, organizada y fiel a su Pastor Local.
Su condición de sacerdote responsable y leal a la Jerarquía Eclesial, lo lleva a asumir nuevas funciones en el año 1985, como administrador de la Parroquia “Santa Ana” de Paraguaná y una vez concluida su labor, pasa a ser administrador parroquial de “Cristo Resucitado” en Coro. En 1988 ejerce diversos servicios: Ceremoniero Mayor de la Diócesis de Coro; Coordinador General del fomento de la Casa Emaús (actual sede del Seminario Arquidiocesano), atiende además, la comunidad de “Las Calderas” desmembrada de la Parroquia “Nuestra Señora del Carmen”, de la Vela de Coro (municipio Colina). 

Por ser tan carismático, jovial y gran motivador (hoy le llamarían un coaching) a propósito de estarse celebrando el JOUJUVEIL- el Padre Julio dio inicio con los seminaristas de ese entonces, a “La Marcha de la Fe”, movimiento popular que aún persiste y crece año tras año, y que comienza el recorrido por la ciudad desde el extremo occidental de Coro (Parroquia Ntra Sra de Coromoto en Fundabarrios del municipio Miranda) hasta llegar al Santuario de El Carrizal (municipio Colina). Siempre ha demostrado ser un excelente líder, desde hace más de veinte años atrás desde Bobare con el padre Julio Urrego, venían unos muchachos a realizar toda una noche de vigilia en el Carrizal. Misma situación de impulso juvenil en la fe que se vive hoy en El Carrizal con el Grupo Kairoi y con los Embajadores del Santuario. Existe una empatía intergeneracional entre Monseñor Julio y los jóvenes, los alumnos de media diversificada y los estudiantes universitarios. El Padre despliega con ellos un trato jovial y juguetón, cariñoso, ofreciéndoles un acompañamiento personal y una guía espiritual que orienta esa transmisión de la fe que como abuelo, papá o padrino él va sembrando en cada corazón juvenil. 
Pero no sólo asiste a los más jóvenes, también a las legionarias, damas éstas que tienen una respetable edad avanzada, asimismo reciben su asistencia como Director Espiritual del Comité Regional de PEREGRINATIO PRO CHRISTO de la Legión de María. 

Monseñor Julio es amante de la excelencia, en mantener la dignidad en las cosas del Señor, su lema es “Lo mejor para Dios”, por ello, entre los años 1983-1988 adelantó la restauración del Templo Parroquial de Santísima Trinidad, con la misma disposición desarrolló la construcción de los templos de “San José” (Sector San José), “San Rafael” (sector 5 de Julio) y “Santa María de las Rosas” (sector Los Perozo), y asumió la coordinación general de la Restauración del Templo del Valle de El Carrizal y de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de Guadalupe. 
Siendo Mariano por excelencia, en 1992 (cuando se celebraba el V Centenario de la Evangelización), con asistencia de lo Alto y en reconocimiento a estos servicios eclesiales, es asignado por Monseñor Ovidio Pérez Morales, Rector del Santuario de El Carrizal, y en 1994 y 1998 es ratificado por Monseñor Roberto Lückert León; quien le transmite el 6 de noviembre de 2008, la decisión del Papa Benedicto XVI, de concederle el título de Basílica Menor a El Carrizal, haciéndose esto efectivo el 27 de febrero de 2009. 

Como hombre cumplidor, prosiguió su actividad sacerdotal, y en el año 1998 es designado Capellán del Papa, por S.S. Juan Pablo II, así mismo es designado Vicario Episcopal para la Vida Consagrada, miembro del Consejo Presbiteral Arquidiocesano, miembro de la Comisión de Escrutinio para las Sagradas Órdenes. Desde ese momento recibe el título honorífico de Ilustrísimo Monseñor –no así de Obispo puesto que solo Monseñor Lückert es el excelentísimo Arzobispo de la Iglesia Local de Coro). 

El padre Julio es considerado en la Arquidiócesis como un gran liturgista, celoso de la celebración de los Sacramentos y muy especialmente de la Eucaristia. Es un modelo a imitar por el clero y los seminaristas. Con tesón y mucho amor ha sido formador de sacerdotes y laicos. Durante el año 2000 fue miembro del equipo de Directores Espirituales de Seminario Arquidiocesano de Santa Ana de Coro. En el 2005 lo designan Vicario Episcopal para la celebración del Jubileo Coriano. Del 2006 a 2010, contribuyó notablemente con la actividad arquidiocesana, por lo cual es nombrado miembro del Consejo de Consultores del Arzobispo de Santa Ana de Coro. Así mismo, su intensa actividad lo llevó a desarrollar importantes labores al servicio de la Arquidiócesis, siendo electo en el año 2011, Deán del instalado Capítulo Metropolitano de Coro, juntamente con los Ilustres Señores Robert Medina, Feliz Montañez, Alfidio Caldera, Rafael Bitter. Fue nombrado presidente de la Comisión de Publicidad para la realización del Congreso Eucarístico Arquidiocesano (mayo de 2011) y también, se le designó organizador y coordinador del “Encuentro Nacional de Rectores y Directores de Liturgia”, realizado por la Conferencia Episcopal Venezolana en Coro en Octubre del 2012.

Si se pudiera utilizar una parábola evangélica, el Padre Julio es como el sembrador que ha dado frutos al ciento por uno (sacerdotes, seminaristas, comunidades, grupos de apostolado), él ha promovido y apoyado en su vocación y formación a varios presbíteros, tale como: David Gutiérrez (Paraguaná), Monseñor Tomás Jesús Zárraga (España), Jairo Romero, Edgar Vargas Sánquiz (Churuguara), José Alberto Medina, Moisés Galicia (Cumarebo), Dennis Polanco (España), Pedro Daniel Jiménez (Coro), Henry Ventura (Argentina), Densy (Colombia), Issaul Zárraga González † (ya en el Cieto), David Martínez (Capatárida) y Hugo Delgado (Calabozo, Edo. Miranda). Así como hizo con ellos, actualmente, tiene en formación algunos seminaristas que han fortalecido su vocación sacerdotal gracias a las enseñanzas y prácticas litúrgicas que el Padre Julio les ha ofrecido en el desempeño de sus labores como monaguillos en la Parroquia Santísima Trinidad. 

El Espíritu Santo le ha dado perseverancia en su vida sacerdotal, por ello ha estado al servicio de dos santos (Pablo VI y Juan Pablo II) y últimamente de dos Sumos Pontífices (Benedicto XVI y Francisco). En estos cincuenta años ha protagonizado varios encuentros con los Papas: con san Pablo VI en su visita a Colombia (1968), y con san Juan Pablo II, durante sus siete viajes a Roma, también coincidieron en Maracaibo (1985) en la visita del Santo Papa a Venezuela. Físicamente no ha conocido aun los dos últimos, pero todos los miércoles y domingos se levanta a las 4:00 am para esperar la “Audiencia Papal” y el “Ángelus” Semanal desde el Vaticano. Y no sólo sigue las orientaciones del Pontífice sino que orienta a su Feligresía a través de las homilías a seguir las enseñanzas del Papa Francisco. Ha tenido el privilegio de haber celebrado Eucaristías en 12 países de diversos continentes, y algunas de ellas en el Vaticano.

Igualmente Dios le ha dado el honor de servir a tres obispos amados por Él: Mons. Francisco José Iturriza Guillén † (desde 1965 hasta 1980), Mons. Ramón Ovidio Pérez Morales (desde 1980 hasta 1992) y nuestro actual Arzobispo Mons. Roberto Lückert León (desde el 20 de febrero de 1999). Con este último tuvo el privilegio de compartir su formación en el Seminario Mayor de Caracas y además de una amistad, le une el respeto, admiración, disciplina y acatamiento a su Investidura Eclesial. Para el resto de sacerdotes el Padre Julio es un excelente hermano y padre, un noble guía espiritual y un solidario amigo.

Mons. Julio es un fiel promotor de la religiosidad popular: el Santo Cristo de Buga, la Virgen María en sus advocaciones de Guadalupe, Chiquinquirá, Perpetuo Socorro, Coromoto, Dolorosa; y ha fomentado la devoción a los santos Juan Bosco, José María Escrivá de Balaguer, Padre Marianito Eusse, Laura Montoya, cuyas reliquias –junto con las de los Beatos Manuel González y María de San José- reposan bajo el Altar de su Parroquia Santísima Trinidad.

Con gozo y mucha devoción presidió en el 2010, la celebración Eucarística en el Colegio María Auxiliadora, con motivo de la visita a Coro de las reliquias de San Juan Bosco y en el 2013 la Misa en El Carrizal, con las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús.

Valga decir que Dios le ha dado el don de protagonizar fenómenos especiales en las imágenes que conserva, como la lacrimación de la Virgen de Guadalupe peregrina, un 27 de febrero de 2001, durante su Fiesta Regional y víspera del inicio del Santo Tiempo de Cuaresma; así como en su Parroquia Santísima Trinidad, en algunas ocasiones, la exudación de aceite de la imagen del Santo Cristo de Buga. Como sacerdote prudente, celoso de lo establecido por la Santa Sede, se guarda de no crear falsas expectativas ni escándalos sobre estos hechos milagrosos hasta que sea aprobado eclesialmente el fenómeno como tal.

En su dilatada vida sacerdotal ha sido un abanderado en la difusión del amor a la Señora y Niña Nuestra Santa María de Guadalupe. Desde el año 2008 visita varios estados de Venezuela, promoviendo y peregrinando a la Virgen de Guadalupe hasta los estados Zulia, Táchira, Carabobo, Aragua, entre otros. 

Pendiente de su Parroquia y de sus ovejas no se ha detenido cuando se requiere mejorar la calidad de vida de su pueblo, o luchar por su defensa; por ello, exitosamente se desempeñó como Presidente de la Oficina para la Prevención del Delito en Punto Fijo; pero también impulsó el programa de Huertos Familiares en el sector rural de Los Perozo, logrando la firma del Convenio entre la UNEFM y dicha Comunidad de agricultores. Y este año, ha promovido la llamada “ruta de la fe”, logrando que el transporte colectivo oficial (TRANSFALCÓN) ofrezca servicio regular y contínuo a la población de Carrizal, Carrizalito y Muaco… y a los peregrinos que visitan el Santuario. 

Marcado desde niño por la violencia en su país natal, Monseñor Urrego Montoya es un ciudadano comprometido con la justicia, el derecho a la vida y el respeto a las personas, proponiendo que el Estado, la iglesia y la familia, concuerden recuperar la paz social. Ha protagonizado marchas en defensa de Monseñor Lückert en el año 2010 y acompañado la marcha por la vida en el 2013, cuando la Guardia Nacional acribilló miembros de la familia Pérez Pacheco en el sector Las Calderas, ambas sobrinas de la prof. Violeta de Delgado, miembro de nuestra Universidad. Es característica del Padre Julio mostrar su cercanía, solidaridad, pues él es leal a los valores de paz, concordia, justicia y verdad. 

Ya para finalizar, me atrevo a señalar algo que no es usual que él comente (es más, les confieso que la información la obtuve desde Internet, porque él no se ufana de tales reconocimientos), estoy segura que los méritos que aspira son los del Cielo, no los de la tierra, y ello dice mucho de su Humildad (así muchos digan lo contrario); por ello muy tangencialmente señalaremos que en vida se le han hecho los honores correspondientes: ha recibido varias condecoraciones: la Orden “Mariscal Juan Crisóstomo Falcón”, en su 1ra, 2da y 3ra Clase, y la Orden “Francisco José Iturriza”, Única Clase conferidas ambas por la Gobernación del Estado Falcón; la Orden “3 de Agosto” en el año 2013 y la Orden “Virgen del Carmen” durante el año 2014, recibidas de la Alcaldía del Municipio Colina. La Orden “Sol de Carabobo” de la Gobernación de ese estado y la orden “Nuestra Señora del Carmen” de Tucacas. Así como se ha hecho meritorio del Botón Patrimonial y las “Llaves de la Ciudad”, y en múltiples ocasiones ha sido Orador de Orden. También el Rotary Coro le hizo un justo reconocimiento a su labor pastoral.

Mas, académicamente ha recibido sólo dos reconocimientos: la Orden “San Padre Alberto Hurtado” conferido por la Universidad Católica “Cecilio Acosta” de Maracaibo y, la de hoy, distinguiéndolo como Doctor Honoris Causa en Ciencias de la Educación de nuestra ilustre Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. Pero si valoramos mejor la actividad de Monseñor Julio con las Universidades, cada vez que una cohorte de graduandos escogió el Carrizal o Santísima Trinidad para celebrar su Misa de Graduación, ello significó un justo reconocimiento, una distinción hecha por los egresados de nuestras Casas de Estudio a nuestro querido Padre Julio, fue como galardonarlo sin darle el premio en físico, pero se sabe que el reconocimiento de los estudiantes universitarios estuvo en el simple hecho de la escogencia, en esa selección de un templo y un sacerdote para darle gracias a Dios por su logro profesional, …¡y eso solo basta!

Como corolario confirmamos que el Padre Julio es un adalid de la confraternidad en las familias, un promotor de la unión matrimonial, un motivador de la vida parroquial y el fomentador de la formación en la fe, la atención a los enfermos, del ruego por los difuntos valiéndose de excelentes homilías y disertaciones, consejos, testimonios, en especial de su coherencia de vida sacerdotal y su predicación, de esas hermosas celebraciones solemnes, y de las devotas y atentas novenas, Adoraciones al Santísimo, procesiones, administración de Sacramentos, etc.. Si hubiese que definirlo sería como “el fiel defensor de la majestuosidad de la liturgia” (en esto sí es un perfeccionista nato), e incluso, hasta dicen que es autor de una “Liturgia Juliana” muy particular, y que los servidores de Dios y de su Parroquia o Santuario saben seguirlo con respeto y obediencia. 

Los aquí presentes confirmamos que su humilde testimonio de pastor parroquial, sus ricas y abundante homilías, constituyen un punto de referencia para muchas personas que asisten a su Parroquia o a su Santuario de El Carrizal, pero mucho más en quienes generosamente se sienten llamados a donarse, a ser servidores del altar y administradores de los misterios de Dios. 

Gracias Padre Julio por lo que nos ha dado en estos 50 años, gracias por sus aportes en diversos escenarios civiles y eclesiales del estado Falcón, gracias por su contribución a la Universidad Francisco de Miranda, gracias por constituir ese paradigma de educador que merece tener la Academia Venezolana. Nos honra que a partir de hoy usted forme parte de nuestra comunidad Académica Unefmista. Damos gracias a Dios por haberlo sembrado en nuestra tierra caquetía y a la Virgen de Guadalupe por conservarlo como su Embajador Digno de Confianza. Síganos honrando con su presencia, sus aportes y sus bendiciones por muchísimos y largo años más. 

Señoras y Señores, muchas gracias.

Dra. Judith Manzanares de Sanchez
10 diciembre 2015


Entrevista a Monseñor Julio Urrego

En mi época de estudiante tuve la bendición de entrevistarlo como parte de un trabajo para la Universidad. Siempre fuímos amigos y hoy estás en la Gloria al lado del Señor. En tributo a tu recuerdo y amistad publico aquella entrevista llena de emoción e historia. !Gracias Monseñor, bendición siempre!.


“Este es un pueblo de la bendición”

El monseñor Julio Urrego nace el 15 de Agosto de 1.940 en Santa Fe de Antioquia, Colombia en un hogar de tradición de la familia Urrego Montoya, compartiendo con 9 hermanos. Se educó en el Colegio San Luís Gonzaga en la misma ciudad de su nacimiento donde termina sus estudios, luego tiene la oportunidad de educarse en la Universidad Javeriana y se graduó en Filosofía y Letras, de allí fue llamado por el Señor para el servicio sacerdotal con una marca especial, un servicio para Coro porque el Monseñor Iturriza lo llama para ese lugar él mismo lo ordena como sacerdote y el 6 de junio 1.965 es el día de su ordenación para siempre, comenzando su trayectoria pastoral sirviendo primero al Seminario, después fue a Capatárida y de allí pasa a Colombia para hacer una especialización en catequesis de América Latina y finalmente llega a Las Piedras que como él llama “su experiencia más bella que haya vivido cualquier párroco”, en estos momentos ejerce su servicio sacerdotal en Coro en la Parroquia Santísima Trinidad y en el Santuario El Carrizal donde cumple también su misión pastoral.

¿Qué le motivó a ser sacerdote?

Yo nací en un hogar sumamente cristiano, creo que la semilla de la vocación se siembra en el hogar y tuve una madre muy cristiana y luego unas vivencias muy especiales porque mi padre fue asesinado por la guerrilla cuando apenas contaba 12 ó 13 años y recibí de mi madre las primeras nociones de perdón … perdónanos o no podemos vivir solía decirnos nuestra madre, al poco tiempo ella fallece y esa lección la asumí con tal fuerza que se convirtió en una ventana abierta para que ÉL me llamara al Ministerio Sacerdotal . Siempre que me preguntan por mi vocación sacerdotal, digo que fue mi madre la que sembró esa vocación en mi corazón. Había que cambiar ese odio y ese resentimiento le doy gracias a Dios por esa madre maravillosa y todos mis hermanos igual podemos contar las misericordias del Señor, porque la lejanía en un tiempo nos hizo restañar un poquito la herida en el corazón de todo hombre.

¿Se considera un sacerdote diferente?

Desde ese clasicismo y las carencias que uno tiene Dios nos da inmensas riquezas y mi director-espiritual Ángel Herrera que fue mi guía, y que conoció toda la problemática familiar me decía:” Tú tienes que ser sacerdote diferente” “No olvides lo que tu has vivido” y que todas esas vivencias que yo tenía debía aportarlas a la iglesia. “Tú eres un sacerdote católico de la iglesia católica apegado a las normas de la iglesia, al derecho canónigo, a la liturgia ¿qué es lo que tu persona va a aportar a este Ministerio? Entonces apoyado en esa nueva vida y cuando uno carece de papá y mamá y encontrarme con una persona tan maravillosa como yo pude encontrarme, pues he ejercido un Ministerio que ha llamado mucho la atención como UD. dice. Por esto, tengo que bendecir al Señor.

Su labor en Las Piedras fue diferente, en su iglesia se cantaba, la llenó de flores, aire acondicionado UD fue un revolucionario en esa parroquia donde comenzó. ¿Por qué lo hizo tan especial?

Las Piedras para mí fue como una prueba de fuego en mi vida sacerdotal, es una parroquia de pescadores y yo la asumí con todo mi corazón y empecé a soñar como cualquier empresario con una empresa de Dios y como responderle al Señor y me di cuenta que las cosas las teníamos que soñar con la excelencia para que todo el mundo se impactara y luego trabajar de domingo a domingo y la gente encontrara una casa de Dios diferente que es la casa de nosotros y esa experiencia me dio una vivencia que la mantengo yo me preocupo que el Santuario tenga una vivencia diferente cada domingo como la Parroquia Santísima Trinidad y eso me ha llevado a mantenerlo.

Esta tierra le ha dado mucho amor y aceptación ¿que le pediría a Papá Dios por ella?

Venezuela para mí es mi patria, yo digo soy un huérfano exilado de mi país porque quise y encontré en Venezuela en la persona del Monseñor Iturriza una fuerza maravillosa, yo lo quise como un padre, me amó, peleaba mucho con él como si hubiese sido mi papá si estuviera vivo, él me decía todos los días que no me olvidara que era un coriano, “ tú eres un coriano, esta tierra me la metió él en las venas y comencé a darle a Coro todo lo que yo podía, ahora a pedirle a Coro que vuelva a vivir esas experiencias de ternura de los tiempos de Iturriza, que el corazón del coriano no se vaya a sembrar la violencia ni el odio que es una de las cosas que más me preocupa, como Pastor escucho muchas veces “ Padre en la casa nosotros entre los hermanos no nos tratamos a causa de la situación política; entonces que más desearía yo vivir ese coro que no tenía rejas, las ventanas y puertas abiertas y que el hombre se moría al pie de su palabra sin documentos, no podemos dejar que se pierda estos valores y hay que pedirle a Dios por esto, pero el hombre debe encauzar toda esa fuerza para sacar lo mejor de sí y ser como nos enseñaron nuestros padres.

El Carrizal se ha convertido en un lugar de oración y de respeto ¿es un lugar santo?

De repente uno se encuentra con sitios que Dios ha preparado para uno, el 6 de junio de 1.965 fui ordenado sacerdote a las 9 de la mañana en la Catedral por Monseñor Iturriza y antes de cantar mi primera misa que lo hice en la parroquia de Bobare en la que ahora estoy me dirigí al Carrizal, y en ese entonces, había que entrar por un camino diferente. El Carrizal fue la primera iglesia doctrinaria de América del Sur y esa tierra fue entregada a los indios y eso se fue olvidando y fue quedando como el rescoldo de la ceniza entonces pienso que ese encuentro en esa tarde de mi ordenación sacerdotal yo conocía la devoción de la Guadalupe por mi madre y algo que no le he contado a todo el mundo y a Ud. Se lo voy a contar: resulta que para mi la Virgen de Guadalupe ya desde mi casa paterna era una devoción tierna de mi mamá y lo mejor era encontrarme con ella el día de mi ordenación sacerdotal y ya mis padres habían muerto, entonces por la cerradura que existía antes frente a El Carrizal en medio de una alambrada y el culebrero hablé con la Virgen y le dije con la emoción de ese día: ”Algún día te voy a sacar de aquí y te voy a mostrar a toda esta gente lo bella que tú eres”.
Así fue cuando llegó el Monseñor Ovidio a la ciudad de Coro y pensé que era el momento estelar que la Virgen quería. El Monseñor Ovidio al día siguiente de tomar posesión preguntó ¿y dónde está la patrona de aquí? Y le dijimos: En el Carrizal, pero mira como está ese lugar y me dijo! Vamos a rescatar a El Carrizal, ¡pase lo que pase¡

¿Cuántos años se llevaron en ese reto?

Fueron tres años de lucha, porque había sido tan olvidada que la gente pensó que eran los dueños de esta iglesia y hubo una pugna muy fuerte hasta que se demostró que ellos no podían hacer de esa iglesia un Patrimonio personal, hasta que la entregaron y comenzó a partir del año 92 cuando celebramos el quinto centenario del descubrimiento de América y la evangelización comenzó a florecer El Carrizal. El Monseñor me la entrega a mí y logré hacer su plaza, restaurar la iglesia más que restaurarla, reconstruirla y luego irla ampliando progresivamente y ahora sueño con una emisora que he ido tocando el corazón de muchos de Uds. Y la gente me ha respondido.
Te comento, que El Carrizal es el segundo Santuario de América del Sur de la Virgen de Guadalupe, el primero es el de México. Para el año 1.723 el Obispo Martí pasa por estas tierras nos deja un documento donde describe a El Carrizal que ya existía y en torno a El se había evangelizado no solo este pueblo, sino también las islas Neerlandesas y de a allí hay un bagaje de historia, La Virgen ha querido a través de El Carrizal evangelizar al pueblo venezolano.

Dígame Monseñor Julio ¿qué pasó con la Virgen en procesión? ¿Por qué ella lloró en ese momento?

Esta imagen de Nuestra Señora de Guadalupe me la donó mi hermano mayor, ya hoy fallecido y la conseguimos en Los Estados Unidos cuando fui a visitarlo y en uno de esos almacenes donde venden imágenes vi esta imagen que me gustó muchísimo. Al principio él me decía ¿vas a venir para acá y te vas a llevar una Virgen? Le respondía pero quiero esta imagen, solo esa; bueno él me complació y me la compró y la traje a Venezuela y ese entonces soy trasladado de Las Piedras a Coro y quise llevarla conmigo y llevar la devoción de la Virgen con motivo de ese año 92 la celebración de la evangelización y preparando la coronación canóniga. Esta virgencita recorrió todo el estado luego se llevó a El Carrizal y se guarda porque allí tenemos un lienzo que preside el altar central y luego tengo una tallita indígena muy bella.

Dos años más tarde, queremos recordar que el Ayuntamiento de España nos dona una corona muy hermosa el 27 de febrero de 2.001 y le colocamos a la Virgen ese día su corona ya que es la fiesta regional que se celebra en el Estado Falcón, le pusimos su corona y esa imagen se guarda en la sacristía, allí se encontraba una señora amamantando a su hija Mariangel que de repente suelta el pecho de su madre y señala que la Virgen está llorando, ya la niña deja de tomar el pecho y repite la Virgen está llorando. Al terminar la celebración, se encontraba conmigo el Monseñor Lücker y nos acercamos donde se encontraba la Virgen y efectivamente estaba llorando, pero no era una lágrima sino era un llanto bien proporcionado y esa imagen no alcanza más de un metro y yo pude observar ese rostro de la Virgen cambiado, más humano y sus ojos enrojecidos. El llanto de la Virgen duró aproximadamente más de 2 horas, por supuesto al amanecer la noticia era conocida en España, Italia, Colombia, México y esto originó que el Papa Juan Pablo II enviara un delegado como fue El Cardenal Reht que vino a visitar al Monseñor Iturriza y se le comentó que había llorado la Virgen, ya ellos tenían no solo el documento, también un video.

¿Qué nos comunicó la Virgen?

La Virgen nos estaba anunciando ese cambio nuevo del mundo. De las videntes de nuestra señora he tenido la dicha de encontrarme con algunas y me pareció que lo último que escuché en Colombia es que el mundo está viviendo el segundo diluvio universal, lo que pasó en Asia, no habrá lugar en el mundo que no vaya a ser tocado porque Dios llamó a su misericordia y nosotros decidimos quebrantar los mandamientos, entonces vendrá la justicia de Dios, ahora entiendo más las lágrimas que antes viendo el dolor y la tragedia que está viviendo el mundo porque uno abre un periódico o ve la televisión y se está anunciando una tragedia en cualquier parte del mundo. La Virgen está cerca de nosotros y esto me comprobó otra cosa a mí que la Virgen sí llegó milagrosamente allí, porque de repente, como soy hombre de iglesia puedo decir que es la fe sencilla del pueblo, pero lo que es cierto es que muchas personas la vieron llorar y ella simplemente nos dice “yo estoy aquí, estoy con Uds. Comparto sus alegrías y me duele que Ustedes vayan a ser probados como van a ser probados” por ejemplo como la tragedia del avión que nos tocó tan cerca.

¿Cuáles son los valores más importantes que necesita la sociedad?

Nuestro pueblo necesita de todos los valores morales: la fe, la esperanza y la caridad. La hidalguía que se ha ido perdiendo, hemos empeñado la palabra y parece que eso no vale, eso es otra de las cosas que debemos rescatar Eso de improvisar hogares así que van a la deriva, tiene que haber un papá y una mamá que nos orienten como nosotros tuvimos y luego la honestidad por encima de todo, no podemos entregarnos al mejor postor de buenas a primeras porque a nosotros nuestros mayores nos dieron valores de todo crecimiento en el hombre y eso debemos rescatarlo y son los mandamientos de la Ley de Dios, como el Señor al finalizar la Biblia ud. Lee el libro de la Apocalipsis que dice en una de las cartas a la iglesia “Tienes que volver al primer amor o sino te voy a destruir” y el primer amor es Sinaí donde Dios se encontró con nosotros y nos entregó los 10 mandamientos, sí los cumplimos seremos una nación extraordinaria.

¿Qué le gusta de los venezolanos, sobre todo los falconianos?

Esta gente es sumamente querendona, que a uno lo adoptan, yo diría como Juan Pablo II se expresó de él “ Este es un pueblo de la Bendición”, todo el mundo pide la bendición, los Obispos más jóvenes piden la bendición a los Obispos mayores, este pueblo es maravilloso, muy abierto y por eso los valores debemos retomarlos y mantenerlos a como de lugar, porque son como joyas más preciosas o las características más especiales que tiene todo falconiano.

¿Qué proyectos le faltan por realizar?

Proyectos muchos. Primero porque fui formado no para tomar vacaciones, tengo un amigo llamado Rafael Sánchez que parece que le pasa lo mismo. Cuando estoy de viaje, a los 5 días ya estoy pensando en mi casa, en mis libros, en mi gente, en todo ello.
Entonces esto me da pie para soñar que voy a hacer cada domingo con mi pueblo. Espero que el Carrizal primero poderlo ver el doble de crecido, que tenga una casa de peregrinos hermosa, que tenga una escuela para formar a la gente del Carrizal para que puedan hacer los souvenirs de los tesoros que tenemos allí, una escuela de música propia… con la ayuda de Dios este año completo la sala de oración y El Santísimo estará expuesto el 31 de Diciembre y La Custodia la ha hecho en Colombia y es una imagen de la Virgen que sostiene al mundo en sus manos y dentro de ese mundo estará La Custodia es decir, la Virgen es la Custodia Allí vendrán a adorar esa persona que hoy llamamos Ministros Extraordinarios, también allí estarán las ostias para los enfermos; realmente será una interrelación del dolor y la oración entre nosotros. Este proyectico me consuela mientras tanto, porque sueño con la emisora y una televisora que nos permitiría enviar nuestro mensaje desde El Carrizal a todas partes.

Para finalizar Monseñor ¿UD. se considera un verdadero comunicador social a través de la palabra del Señor?

Pienso que El Señor sí me ha hecho en un comunicador porque al elegirme sacerdote, al principio tenía miedo y escuchando las palabras de Juan Pablo II que reafirman este proceso de uno ¡No tengan miedo, abran de par en par las puertas alrededor y sepan que estoy detrás! La Biblia dice cuando Uds. Sean llamados a dar testimonio no preparen su defensa, yo les daré mi espíritu y él les pondrá palabras de verdad.

A mí me ha fascinado compartir con Ud. Que la conozco, que la puedo llamar por su nombre, pues digo como va quedando del incendiario cuando se va quemando y se va pegando a la tapa la exudación, quizás sea el incienso, pero mi pueblo se va pegando a mi. Le pido al Señor que sepa aprender de este pueblo todo lo que Tú me dices Señor de allá para acá porque yo tengo que decirlo de aquí para allá.

¿Le ha pedido alguna indulgencia al Papa?

Efectivamente, le hice una petición porque se cumplen 475 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en México en el año 1.531 y además llega el primer Obispo a Coro y por este motivo, hemos recibido la indulgencia de nuestro Santo Padre de decretar Año Santo a El Carrizal desde el 28 de Noviembre del presente año. Todos los que nos visiten estarán recibiendo bendiciones del Año Santo.


JULIO URREGO, 
EL PASTOR DE LA VIRGEN
Simón Petit

Quienes crecimos en Punto Fijo, la ciudad recién llegada que bautizara en su célebre poema Guillermo de León Calles, asistimos a la bendecida presencia y trabajo pastoral de uno de los referentes religiosos más importantes del siglo XX y parte del XXI de Falcón. La década de 1970 tuvo la fortuna de contar con Julio Urrego como profesor del Colegio Maristas Juan XXIII y como presbítero de la Iglesia de Las Piedras, la misma donde Alí Primera vio en su pared, una película donde salía Fidel Castro en la guerrilla cubana y que marcaría la vida del cantor del pueblo.

En Las Piedras, el Padre Julio, convocaría a los jóvenes vecinos de esa comunidad a participar en las actividades de la iglesia, sobre todo en las deportivas y musicales, y como Buen Pastor, arreaba los corazones para día a día captar feligreses a una atractiva liturgia a través del rock y pop con versiones de canciones exitosas con letras cristianas católicas. Innovación que algunos aplaudieron y otros veían con snobismo como un simple capricho puritano. El Padre Julio entonces haría sus misas llenas de color, con luces, telas, efectos de ambientación con humo y olores a incienso y un grupo entusiasta que cantaba, por ejemplo, Mi Dulce Señor, de George Harrison o (Get Ready) Prepárate Que Viene El Señor, de Tierra Rara; canciones que muchos chamos de la época conocían a través del acetato; pero que no habían tenido la oportunidad de escucharlas con un grupo en vivo.

Mi recuerdo del abrazo adolescente con él frente al altar, en el momento de darse fraternalmente la paz, un encuentro que también impondría para que todos los asistentes a la misa se abrazaran como hermanos y por supuesto abrazaran también al sacerdote. Son novedades a las que no estábamos acostumbrados y las vivimos con el entonces Padre Julio.

En Las Piedras quedó su profunda huella en los pescadores, en los cultores, en los jóvenes y no tan jóvenes, en los niños y niñas y en nuestros


El Obispo de la Basílica Menor de Carrizal en Falcón se ganó el corazón de los habitantes de la zona.

El monseñor Julio Urrego entendió el sentimiento del pueblo

Para el Gobierno de Falcón, la pérdida de monseñor Julio Urrego es irreparable, ya que fue ese pastor que, después de monseñor Iturriza, supo entender y canalizar el sentimiento de un pueblo, a través de su religiosidad.
Así lo dio a conocer el poeta Simón Petit, presidente del Instituto de Cultura del Estado Falcón, quien destacó en representación de la Gobernadora que la presencia de monseñor Urrego fue una de las más ilustres dentro de la sociedad falconiana, ya que se dio a querer en los aspectos religioso, cultural y social.

Expresó Petit: "hablar sobre él es hablar de valores, virtudes y acciones". Resaltó, a la vez, que dentro de sus obras tangibles están haber sido el principal motor para la recuperación del templo de El Carrizal; haber solicitado ante la ciudadana gobernadora de Falcón, Stella Lugo de Montilla, el Museo Diocesano, para ser administrado bajo la filosofía dentro de la religiosidad que la misma estructura pedía, ya que fue en época de la colonia casa del Obispo; y como otra de sus obras también mencionó la creación de la Universidad Guadalupana.

El padre Julio Urrego destacó que más de 80 mil personas participaron en la peregrinación.

Un hombre de lucha ha muerto como él quería, con las botas puestas.
Por tal motivo, el Gobierno de Falcón se une al hondo pesar que siente el pueblo por el fallecimiento, este lunes 23 de enero, de monseñor Julio Urrego.

Manifestó que el Obispo de la Basílica Menor de Carrizal, en el estado Falcón, supo ganarse el título de pastor y guía de la colectividad coriana, quien por más de cinco décadas las dedicó al servicio de la Diócesis de Coro, primigenia sede episcopal de Venezuela y de América del Sur.

Su partida al encuentro con el Señor ha dejado un hondo pesar en el pueblo falconiano y así lo expresó monseñor Robert Medina, vicario general de la Arquidiócesis de Coro, quien anunció la muerte de Urrego.

"Monseñor, un hombre de lucha, ha muerto como él quería, con las botas puestas, trabajando en la parroquia, en la iglesia, en Carrizal; un hombre incansable, siempre atento al trabajo que se le encomendaba y por el bien de la Iglesia, siempre dispuesto a dar lo mejor por el bien de las almas y de nuestra Iglesia", citó.

A nuestro Monseñor le tocó partir al encuentro del Señor y estar allí en el coro de los ángeles que estarán orando por cada uno de nosotros. A monseñor Julio nuestra Virgen morena de Guadalupe le estará transmitiendo y dando las oraciones para el bien de nosotros, aclaró.


Homenaje a Monseñor Julio Germán Urrego Montoya - ACOPLADOS